La Maroma de Benavente (V)

La Maroma de Benavente


Conservación y acondicionamiento de la maroma

El estado de la maroma siempre ha sido una preocupación continua a lo largo de la trayectoria del festejo. 

Antiguamente y hasta que la maroma de fibra natural, generalmente de cáñamo, ha sido sustituida por otros materiales sintéticos o artificiales, se efectuaba el engrasado de la maroma para su conservación durante todo el año, ya que éstas solamente se sustituían cuando estaban suficientemente deterioradas., pudiéndose utilizar una maroma durante muchos años si no se consideraba que su situación o estado pudiese entrañar un riesgo ostensible para los corredores y asistentes en general. En días previos se acondicionaba la maroma para la carrera  

En la actualidad se sustituye la maroma prácticamente cada año ya que son numerosas la entidades y particulares que desean efectuar a la donación de una maroma nueva que sustituya a la anterior. Para mayor seguridad de los participantes y desde algunos años se realiza una señal visible en la maroma que indica o marca la distancia (de unos 6 u 8 metros) a partir de la cual está permitido en la salida a los corredores agarrar o sujetar la misma.


Roturas de maroma 

En tiempos más contemporáneos se tiene constancia de que se produjeron roturas de la maroma en el año 1966, cuando el toro denominado Deseado rompió la maroma dirigiéndose hacia el campo. También más recientemente en el año el año 2008 se produjo la rotura de maroma en los momentos iniciales de la salida del toro llamado Manzanero del toril, lo cual entrañó gran peligro que pudo ser atajado por algunos valientes corredores que lograron sujetar la maroma, limitando los movimientos del animal evitando posibles accidentes. Hubo de introducirse de nuevo a la res en el toril y utilizar una segunda maroma de reserva, pudiendo el toro de nuevo efectuar una nueva salida 


La maroma en el sacrificio y muerte del toro

Antiguamente el sacrificio de la res se efectuaba de forma tradicional una argolla frente a la Iglesia de Santa María del Azogue. Posteriormente y desde hace muchos años, ateniéndose a la normativa tiene lugar en el Matadero Municipal a cargo de un profesional.  Existía la costumbre de impregnar las alpargatas o zapatillas en la sangre del animal una vez apuntillado (quizá en la creencia atávica de que algo del valor del animal se trasmitía al corredor, quizá simplemente por costumbre). En la actualidad y ateniéndose alreglamento la puntilla al astado se la puede dar y da únicamente el matarife municipal. Este cometido tiene lugar en las dependencias del Matadero Municipal, salvo en el caso de que el toro no pueda concluir el recorrido, siendo apuntillado igualmente por dicho matarife.  

Corredores llevando la maroma en la Plaza de Santa María. 1945 


Normativa sobre la maroma

Antiguamente con anterioridad a 1909 por medio de los bandos municipales se informaba sobre las disposiciones y medidas adoptadas por la alcaldía referentes al festejo, si bien no existía una normativa establecida o asentada. Tras la recuperación del festejo se efectuaban unas recomendaciones de la comisión de fiestas sobre el mismo de carácter general que se publicaban en los programas de fiestas y en los medios de comunicación. En el año 2001 se aprueban las bases reguladoras del festejo:

 La maroma es la encargada de conducir al toro y toritos por el recorrido de las diferentes calles. 

 La maroma debe de correr floja en zig-zag y siempre los corredores de la punta pendientes de los del centro, y éstos de los que van más cerca del toro y toritos. No debe dejarse que la maroma se tense violentamente. 

A la voz “de maroma” aflojarán la marcha todos los corredores que estén delante de los que den la voz, porque es la señal de que el toro y toritos se ha detenido o han disminuido la carrera. 

A la voz de “toro” debe incrementarse el ritmo de la carrera, pero nunca dejando la maroma. Los que se ha agarrado a ella deben sujetarse y no empujar a los que van delante. 

Queda prohibido pisar y saltar por encima de la maroma. Para cambiar de posición se hará siempre elevando la maroma por encima de la cabeza. 

No debe dejarse nunca maroma suelta que pueda arrastrar a los corredores. 

A la voz de “esquina” se llevará la maroma a la acera contraria, alejándose de ella todo lo que se pueda. 

Recientemente se ha aprobado por el pleno Municipal del Ayuntamiento de Benavente (7 de marzo de 2018) una Ordenanza Municipal relativa a las Bases Reguladoras de la carrera el Toro Enmaromado. Estos son los artículos referentes a la maroma o que la conciernen de alguna manera directamente:


Artículo 6.- Maroma

La maroma debe correr floja, en zigzag y siempre los corredores de la punta pendientes de los del centro y estos de los que van más cerca del toro. No debe dejarse que la maroma se tense violentamente.

 La maroma será conducida por un colaborador taurino voluntario designado como “punta maroma”, cuyo objeto es guiar la maroma por el recorrido fijado, estando siempre atento a las voces de “maroma”, “toro” y a las indicaciones de posible cambio de recorrido.

 A la voz de “maroma” aflojarán la marcha todos los corredores que estén delante de los que den la voz, porque es la señal de que el toro se ha detenido o ha disminuido su carrera.

 A la voz de “toro” debe incrementarse el ritmo de la carrera, pero nunca dejando la maroma. Los que se han agarrado a ella deben sujetarse y no empujar a los que van delante.

 No agarrar la maroma por la zona señalada (últimos 12 metros), no agarrar nunca la maroma por detrás del toro y nunca pararlo o citarlo desde atrás, salvo fuerza mayor y siempre para evitar una cogida.

 A la voz de “esquina” se llevará la maroma a la acera contraria, alejándose de ella todo lo posible.

 En las plazas donde estén ubicadas las argollas, el toro descansará y se respetará por parte de los corredores la marca que estará pintada en el suelo.

No pisar o saltar por encima de la maroma, para cambiar de posición siempre ha de hacerse por debajo de ella.

 No debe dejarse nunca maroma suelta que pueda arrastrar a los corredores.


Artículo 7.- Argollas

 Serán los colaboradores taurinos designados por el Ayuntamiento quienes se encarguen de introducir, manejar y soltar la maroma en las argollas.

 Mientras el animal descanse en la argolla, se respetará su tranquilidad hasta que el personal de la organización decida poner fin a tal hecho, siendo motivo de sanción cualquier actitud (citar, provocar, o llamar su atención) que perturbe su reposo.

 Queda total y absolutamente prohibido llamar, citar, atraer la atención del astado desde su parte posterior, en talanqueras, ventanas, jardines, elemento arquitectónico donde el participante activo o pasivo pueda parapetarse, calles anexas al recorrido, con el fin de evitar embestidas y caídas del astado.

 La forma correcta para provocar el arranque y la reanudación de la carrera por parte del animal, tanto si se realiza desde su parte anterior o posterior, será únicamente válida si el corredor protagonista de la acción corre en dirección al propio sentido de la marcha, no permitiendo recortarlo ni quebrarlo.

 Las acciones que se realicen en las argollas son de extrema dificultad y sensibilidad, por tanto, ningún participante voluntario activo o pasivo rebasará las marcas indicadas en el suelo hasta que el animal, una vez suelto, reanude su marcha (no será eximente la realización de fotografías por parte de los informadores debidamente acreditados).

 
Artículo 12.- De los Enmaromadores

  1.  Los enmaromadores serán los encargados de colocar la maroma en las astas del toro. 
  2. Se seleccionará anualmente como Enmaromadores el número de voluntarios que estime la Concejalía de Fiestas como necesarios para el desarrollo de esta actividad singular.
  3.  Con suficiente antelación los Enmaromadores voluntarios serán designados por la Concejalía de Fiestas y ratificados por el Alcalde Presidente de entre aficionados, que tengan conocimientos y aptitudes suficientes para desempeñar esta función singular y de especial transcendencia.
El toro enmaromado subiendo la Calle Encomienda. 1954
Autor: Juan Carlos de la Mata Guerra