Grazalema (Cádiz)

Lunes del Toro de Cuerda

El Lunes del Toro de Cuerda de Grazalema es la fiesta con más arraigo e importancia que se celebra en este municipio de la Sierra de Cádiz. El conocido Toro de Cuerda de Grazalema es considerado uno de los más antiguos de España, según estudios realizados por diversos historiadores y antropólogos.

Esta fiesta se celebra el Lunes siguiente a la festividad de la Virgen del Carmen, es decir, el Lunes siguiente al 16 de Julio de cada año, como parte de las fiestas homónimas (el viernes de cante flamenco, sábado de fuegos, el domingo la procesión de la Virgen del Carmen y el lunes este tradicional festejo).

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En Grazalema, desde la antigüedad hasta nuestros tiempos, se sigue tratando al toro como un animal sagrado, al que no se le hace ningún tipo de daño, respetándolo y admirándolo a la vez.

El Toro de Cuerda de Grazalema se sigue realizando al modo tradicional, es decir, como se corría antiguamente; habiendo una lucha de igual a igual entre animal y hombre, con solo una cuerda o maroma que los separa o los une. El toro se pasea por el casco urbano, donde los mozos que llevan la cuerda (antiguamente de esparto y en la actualidad de un material suave como el nylon y de poco peso) lo guían y conducen por sus calles estrechas y empedradas para recorrer todo el pueblo y poder enseñarlo por casi todas las casas. Se realizan carreras preciosas, no exentas de riesgo.

La fiesta del Toro de Cuerda es la que más intensamente viven los grazalemeños. Los niños juegan desde pequeños al Toro con unas cornamentas y una cuerda o maroma. Los jóvenes no sólo participan en la fiesta propia, sino que habitualmente acuden en otras fechas a las fiestas de otras poblaciones donde se sueltan toros, sean o no de cuerda.

Actualmente el recorrido se encuentra totalmente vallado, por seguridad, como marca la normativa andaluza; habiendo una delimitación entre el corredor que quiera participar y el espectador que solo quiera observar. En los tiempos actuales, esta fiesta cuenta con gran número de efectivos de seguridad para que cada año sea más segura, tanto para las personas que participan como para el toro. Además de las vallas que acotan el recorrido, se pueden utilizar como refugio en toda la población, los típicos balcones, las rejas de las ventanas, los zaguanes y puertas de las casas; donde a diferencia de otras poblaciones que celebran este tipo de festejos populares se mantienen las puertas de las casa abiertas como refugio en caso de urgencia para el corredor.

En Grazalema es una obligación moral facilitar en todo lo posible que la gente pueda refugiarse en zaguanes y casas, así como subirse a las rejas para escapar del toro. Suele dejarse abierta un ala de la puerta, para impedir que el toro entre en las casas y al mismo tiempo permitir el acceso de la gente.

Las casas del pueblo se blanquean con cal pocos días antes para la procesión de la Virgen del Carmen, el domingo anterior al Lunes del Toro, para que cada fachada luzca sus mejores galas. Después del Lunes del Toro de Cuerda, se repasan las fachadas porque no queda reja accesible en el recorrido del toro que no haya sido utilizada, dejando manchas de las suelas de los zapatos y numerosos desconchones.

La organización del tradicional Lunes del Toro de Cuerda de Grazalema corre a cargo de la Asociación “Peña Lunes del Toro de Cuerda”, desde el año 1.992, que junto con el Ayuntamiento de esta villa, se encargan de preparar esta importante fiesta. Esta Asociación cuenta con número importante de socios, unos 1.100 actualmente, que con su colaboración hacen que cada año se celebre este festejo con más fuerza y calidad.

La Junta Directiva es la encargada de buscar los toros, elegirlos y comprarlos. Esta es la tarea más importante y delicada, pues de ella dependerá, principalmente, la valoración que hagan los miembros de la peña y el pueblo, en general su gestión. Si el toro tiene presencia y trapío, es bravo y, sobre todo, “sale bueno”, es decir, da juego y corre, todo el mundo estará contento.

Aparte de esta fiesta, la Asociación realiza numerosas actividades durante todo el año: excursiones, charlas, mesas redondas, ponencias, exposiciones, concursos de dibujos, juegos para niños, convivencias, etc. La Asociación cuenta con una sede permanente cedida por el Ayuntamiento de la villa, formada por oficina, museo y toriles.

Esta Asociación promociona la fiesta del Lunes del Toro de Cuerda más allá de su población, por toda España, visitando muchísimas poblaciones para dar publicidad, promocionar y enseñar la cultura de esta tradicional fiesta. También realiza una exhibición del Toro de Cuerda de Grazalema en algunas de las poblaciones que visita.

Curiosidad: Existía una jerga, una especie de idioma bovino, en el hablar diario de los grazalemeños. La palabra “hopo” o “jopo”, mechón de pelo o, figurativamente, pene del toro, se utilizaba, y todavía se usa en algunas ocasiones, para distinguir a los habitantes del barrio alto y barrio bajo. Los jopones (penes grandes de toros) eran los que habitaban en el barrio alto y pertenecían a la Hermandad del Carmen y los jopiches (penes pequeños) eran los residentes del barrio bajo. Los primeros eran mayormente pastores, ganaderos, obreros de las fábricas de textiles. Los jopiches eran “más finos”, y aunque muchos de ellos eran obreros, en su barrio vivía la clase alta, se encontraban mejores casas, y los edificios que representaban a las diferentes instituciones del Estado. El barrio bajo estaba más “urbanizado” que el alto, y de aquí posiblemente se explique el aumentativo y diminutivo de la palabra jopo con que se designaban. Esta distinción era muy frecuente y todavía hoy, aunque con menor rigor, se utiliza.

Horarios: A las ocho de la mañana, se da suelta, en la parte alta del pueblo, a un toro y posteriormente otro (encierro). El toro desciende por las empinadas cuestas hasta llegar a la parte baja, pasando, al final del recorrido, por la Alameda, la plaza principal donde está el Ayuntamiento y encerrándose en los toriles en la sede de la Asociación. A las doce, se procede a la suelta del toro, tratándose de conducirlo por las calles hasta la parte alta para después bajarlo de nuevo. Suele atarse al toro a una reja, generalmente en la Alameda, para que descanse y pueda seguir corriendo. Este momento es aprovechado por los mozos para citarlo y hacerle recortes. Después de una hora se vuelve a encerrar. A las siete de la tarde se soltará el segundo de los toros, haciendo la misma operación, y a las ocho de la tarde se soltará el tercero.

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