Yuncos (Toledo)

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TORO ENMAROMADO DE YUNCOS

El Toro Enmaromado de Yuncos, conocido antiguamente como “Toro del Aguardiente” es de los festejos populares más conocidos en Castilla la Mancha y por supuesto de la provincia de Toledo.
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Se viene celebrando desde el año 1978, en sus primeros tiempos dentro de la programación de las fiestas en Honor a la Patrona “Nuestra Sra Virgen del Consuelo” (en la primera quincena del mes de septiembre) y posteriormente también se amplió su celebración a la festividad de nuestro Patrón “San Blas”, en los días próximos al 3 de Febrero.

En su inicio, fue un grupo de aficionados de la localidad, que posteriormente integrarían la ya desaparecida “Peña Taurina El Ruedo”, y que sin duda merece una especial mención, quienes decidieron, sacar un toro por las calles del pueblo, llevándolo con dos cuerdas atadas a su testuz, estando el pueblo libre de vallas y talanqueras. Dicen los mas longevos de nuestra localidad que causó tal sensación, que todos los años, los vecinos del municipio esperaban con tremendo entusiasmo el día en que se producía la suelta de “El Toro del Aguardiente”.

Así nació un sentimiento y una innegable seña de identidad que une de forma mayoritaria a yunqueros y yunqueras y que comparten miles de aficionados de todos los lugares de España.

En el año 2011 nuestro Toro Enmaromado fue declarado “festejo de carácter histórico tradicional” por el Ayuntamiento de Yuncos.

Desde el año 2014, es la “Asociación Cultural Toro Enmaromado de Yuncos”, com mas de 700 socios, quien colabora estrecha y minuciosamente con este Ayuntamiento en la organización y desarrollo de este festejo. Ese mismo año, la citada Asociación se inscribe en la Federación Española del Toro con Cuerda, circunstancia que no ha hecho sino aumentar de forma mas que considerable la repercusión, importancia y participación de nuestro festejo.

En la actualidad, el toro es guiado por expertos maromeros, que son los encargados de llevar “las riendas” del festejo si bien es cierto que a la maroma se puede agarrar cualquier participante siempre siguiendo las directrices marcadas por esos maromeros. Los que van en la parte delantera le van citando para que no se salga del itinerario previsto mientras que los que van detrás tienen como misión frenar al toro, pero solo en caso de que se desvíe del recorrido, por inminente peligro para algún corredor o en el supuesto que pudiera producirse una cogida.

Si hay un sentimiento que comparten todos los maromeros y corredores de este festejo es el profundo respeto con el que se trata al toro, pues solo se le puede citar por delante, nunca por los lados o por detrás. Los maromeros de la parte trasera se disponen formando una línea horizontal (a unos 5 metros de distancia) con el objetivo de que nadie pueda sobrepasarla. Con ello, se consigue que el toro no se distraiga y siga a los maromeros que van delante guiándolo por las calles del municipio.

El animal es el que marca el ritmo, siendo respetado en todo momento, mientras los maromeros se esfuerzan tremendamente en su labor, impidiendo que la cuerda se enrede y tratando de llevarla sin tocar el suelo pero sin tensarla, para que el animal lo note lo menos posible, favoreciendo en todo momento la carrera del animal.

Uno de los momentos mas esperados es cuando el toro llega a unos muros adornados con unas pancartas desde los cuales las mujeres y niños le lanzan unos pétalos de rosa y le cantan la canción típica de Yuncos “Paquito el chocolatero” al tiempo que se lleva una clamorosa ovación por los miles de asistentes allí presentes.

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